jueves, 13 de noviembre de 2008

Juegos para dos (Capítulo 3)

Sofía se había dado cuenta que la única forma de solucionarlo era yendo a verle en persona y hablando con él cara a cara.

Desde que lo decidió hasta que se encontraba en la puerta de la casa de Marcos no pasaron más de 10 minutos. Bastante nerviosa, llamó a la puerta y esperó. Cuando escucho como se acercaba a la puerta se puso a un lado pegada a la pared esperando que no le viera por la mirilla. Se sentía como una niña pequeña, evitando afrontarse a sus propios problemas.

Marcos miró por la mirilla y no vio a nadie. Unos segundos después apareció Sofía cabizbaja. Abrió la puerta y esperó a que ella fuera la primera en hablar. Sofía simplemente alzó la mirada, una mirada de disculpa, y abrazó a Marcos apoyando la cabeza en su pecho. Él puso su mano en la espalda de ella y la arrimó con fuerza. Podía notar como él estaba oliendo su pelo. No le molestó, de hecho empezó a respirar más fuerte aspirando el olor de la camiseta de Marcos. Esta vez fue ella quién le miró fijamente y le dio un beso sin apenas darle tiempo a reaccionar. Pero no fue corto y sencillo. Fue un beso largo y lleno de sentimientos ocultos. Desde ese momento ambos sabían que las palabras sobraban.

Tras dejar exhaustos y entrelazados a sus cuerpos en la cama, él dormía y ella acariciaba las sábanas, rememorando cada segundo que le había llevado a este ese mismo instante.
Sofía decidió que era hora de hablar a pesar de que Marcos no la escuchase.

- Sé que con una disculpa no valía. Que tenía que verte para saber qué era lo mismo que yo quería. Pero ahora te vuelvo a pedir disculpas por algo diferente. Te pido disculpas por no ser tan lista como tú, por no ser tan valiente, por no ser tan madura. Te pido disculpas por haber tardado tanto en darme cuenta, por no haberme enfrentado antes, por no saberlo afrontar con cordura. Te pido disculpas por no saber que hay cosas en las que hace falta que dos personas colaboren para que funcionen, que hay cosas que son juegos para dos. Estoy segura de que valdrá la pena probar. Segura.

Cogió la mano de Marcos, la puso bajo su mejilla y se quedó dormida mientras notaba el roce de su piel.

1 comentario:

Ramón dijo...

Tiene (el relato) algunas cosas que molaría corregir, además de algunos tópicos que deberías ir dejando. Tiempo al tiempo. Tu expresión es buena. Eres consciente de lo que escribes, terminas las frases... Parece obvio pero hoy en día...bho. Ves? Yo no acabo las frases. Aveces alcanzas (principalmente en otros escritos tuyos que he leído)lo que algunos llaman "vuelo poético". Interesante, tu sensibilidad y tu naturalidad.