martes, 8 de abril de 2014

El saber

No sabe definir el amor, pero sí que sabe que como le toca él no lo ha hecho ningún hombre antes.
Sabe que incluso las palabras más vacías que pueda dedicarle le llenan,
que sus desvaríos son escuchados.
Sabe que incluso en una habitación con él no hay ni techo ni paredes,
que el paisaje cambia pero los gestos le dicen lo mismo.
Sabe que nada la calma más que sus manos frías entre sus calientes dedos,
que no hay lugar más estable que sobre su pecho palpitante.
Sabe que cada momento pasado se hace un hueco en sus obsesiones,
que los recuerdos le llenan la cabeza de nuevos pensamientos.
Sabe que ahora llorar de alegría es algo que se pueda hacer más de una vez en la vida,
y que llorar de tristeza no es siempre solitario.

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